“EI siglo XXI
será la era de Acuario por consentimiento general. El pensamiento del
hemisferio izquierdo se atrofiará sumergido en el espacio acústico” McLuhan.
En occidente,
desde la revolución industrial hemos vivido predominantemente con el
hemisferio izquierdo; gracias a ello, disfrutamos de un mundo material, pero también perdimos la conexión con lo espiritual, con el todo: materialismo versus
espiritualidad, individualidad versus colectivo, tiempo lineal versus tiempo cíclico; incluso la física mecánica de Newton reflejaba este paradigma: sólo
existe la materia y lo visible.
Ahora se está produciendo un cambio de paradigma; la física cuántica evidencia que todo está conectado, que existe un campo invisible al ojo humano que unifica las partes, que si alteras una parte, alteras el conjunto. Esta forma de pensar refleja el hemisferio derecho: visón y compresión holística.
Ahora se está produciendo un cambio de paradigma; la física cuántica evidencia que todo está conectado, que existe un campo invisible al ojo humano que unifica las partes, que si alteras una parte, alteras el conjunto. Esta forma de pensar refleja el hemisferio derecho: visón y compresión holística.
La historia es
una alternancia de hemisferios: lo que el hemisferio derecho intuye es
analizado después por el hemisferio izquierdo; es un proceso sano y oportuno
porque el hemisferio derecho no filtra ni critica. Las sectas o la publicidad
para manipular a las personas utilizan técnicas que activan sólo al hemisferio
derecho.
Oriente y occidente reflejan esta dicotomía.
Oriente, sobre todo la india, vivía desde el hemisferio derecho: conexión y
apertura dimensional desde una desequilibrada espiritualidad basada en el
sistema de castas vivida desde la pobreza por falta del desarrollo del
hemisferio izquierdo. En occidente era lo contrario, dominabamos la materia
pero vivíamos desconectados emocional y energéticamente.
Dicho en otras palabras, en las escuelas
occidentales se le da mayor desarrollo al hemisferio izquierdo. Casi toda la
enseñanza entra y es analizada por el hemisferio izquierdo. Afortunadamente, poco
a poco las escuelas están incluyendo más actividades donde participe el
hemisferio derecho, como son el dibujo, el canto, las manualidades, actividades
creativas, teatro, danza, etc.
En oriente se enfatiza mucho más el uso del hemisferio derecho sin negar el valor y la existencia del hemisferio izquierdo. Oriente le da mayor importancia a la comprensión de la esencia de los seres en un plano más abstracto y espiritual que científico.
En oriente se enfatiza mucho más el uso del hemisferio derecho sin negar el valor y la existencia del hemisferio izquierdo. Oriente le da mayor importancia a la comprensión de la esencia de los seres en un plano más abstracto y espiritual que científico.
Lo ideal es equilibrar los dos hemisferios, pues al utilizarlos es posible
obtener una mejor comprensión de lo que nos rodea. Una pintura de Picasso la
puedo ver con el hemisferio izquierdo como caras deformes, o rayones sin
sentido, mientras que con el derecho podré admirar los colores, la creatividad
y la fuerza que tiene. El significado de un poema lo descifra el hemisferio
derecho, nunca el izquierdo; memorizar el poema lo hace el izquierdo. Ambos hemisferios se complementan. El ballet es un buen ejemplo de ello: por un lado se necesita disciplina y precisión y por otro lado, se necesita creatividad, inspiración y estética.
A mayor
desplazamiento entre los dos hemisferios, mayor capacidad tendremos de entender el mundo y disfrutarlo. También nos llevará a una flexibilidad mayor frente a
diferentes situaciones si podemos visualizar algo más que un blanco o un negro;
hay muchos tonos intermedios.
Integrar estas
dos polaridades es el factor que contribuirá a logros y creaciones sublimes. Al
utilizar las capacidades femeninas y masculinas hay una unidad y una armonía
holística. Para que cualquier tipo de aprendizaje sea significativo, deberá
incluir la acción y la función de las dos partes del cerebro. Cada uno
contempla y filtra la realidad de manera única y al unir las dos realidades se
logra una percepción más amplia y completa de la realidad.
No obstante, es necesaria esta
separación y alternancia para evolucionar: el hemisferio derecho crea la
ilusión de unidad y el hemisferio izquierdo de separación; si siempre
estuviésemos fusionados nunca habría cambio ni evolución.
Ahora se está produciendo un equilibro en todos los planos porque el aprendizaje ha finalizado y asistimos al cambio de Era, de Piscis a Acuario. Podemos observar este equilibrio y uniformidad en la globalización que se está produciendo en la civilización y en la superación de la dualidad hombre y mujer hacia lo unisex.
Ahora se está produciendo un equilibro en todos los planos porque el aprendizaje ha finalizado y asistimos al cambio de Era, de Piscis a Acuario. Podemos observar este equilibrio y uniformidad en la globalización que se está produciendo en la civilización y en la superación de la dualidad hombre y mujer hacia lo unisex.
■.- Para afrontar el nuevo mundo necesitamos explorar nuestra parte más emotiva y creativa.
■.- La educación tradicional ha fomentado el pensamiento lógico y racional frente a la intuición.
■ - Cada hemisferio del cerebro procesa la información de forma distinta: el izquierdo busca certezas; el derecho nos conecta con la dimensión más inmaterial y espiritual.
El Cerebro está dividido en dos: el hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. Curiosamente, cada hemisferio procesa la información que recibe del exterior de forma distinta. Cada uno está relacionado con áreas y funciones diferentes. Podría decirse que ambos cuentan con su propia personalidad.
Hoy en día sabemos que los dos hemisferios funcionan tanto conjuntamente como aisladamente. En ocasiones uno está operando por sí solo y en otras se complementan usando el cuerpo calloso que los une como puente. Por mucho tiempo se pensaba que el hemisferio izquierdo era el activo y el más valioso, mientras que el derecho aportaba poco. Hoy en día se sabe que esto no es verdad. Los dos hemisferios son igualmente importantes y cada uno tiene su función específica.
Hoy en día sabemos que los dos hemisferios funcionan tanto conjuntamente como aisladamente. En ocasiones uno está operando por sí solo y en otras se complementan usando el cuerpo calloso que los une como puente. Por mucho tiempo se pensaba que el hemisferio izquierdo era el activo y el más valioso, mientras que el derecho aportaba poco. Hoy en día se sabe que esto no es verdad. Los dos hemisferios son igualmente importantes y cada uno tiene su función específica.
El hemisferio izquierdo, por ejemplo, es el responsable del lenguaje verbal, de la habilidad lingüística, de la capacidad de análisis, de la resolución de problemas matemáticos, así como de la memoria y el pensamiento lógico y racional.
Es el más intelectual, formal y convencional de los dos; se le da muy bien absorber y almacenar información teórica y numérica, como nombres, definiciones o fechas. Por el contrario, tiende a controlar e inhibir sus sentimientos.
Es el encargado de la organización, el orden, la estructura y la planificación. Es muy obediente y disciplinado, y se rige por medio de normas, reglas, protocolos, leyes y procedimientos estandarizados. Utiliza el miedo para protegernos y mantenernos a salvo de potenciales amenazas y peligros.
Este hemisferio busca certezas y solamente se fija en la dimensión física, cuantitativa, tangible y material de las cosas. Y le cuesta mucho percibir los infinitos matices grises que se encuentran entre los extremos blanco y negro. El hemisferio izquierdo solo considera válida aquella información que pueda demostrarse a través de hechos irrefutables, resultados medibles y datos estadísticos.
El hemisferio derecho, por otra parte, está más vinculado con la experiencia cinestésica y sensorial de todo aquello que sabemos que no puede expresarse con palabras, y que no por ello es menos real. Nos brinda la habilidad de interpretar señales, signos y metáforas, así como la capacidad de soñar y de comprender el significado oculto de las cosas. Este hemisferio nos conecta con la dimensión emocional y espiritual de nuestra condición humana; nos permite sentir la parte cualitativa, intangible e inmaterial de las cosas. Es el más artístico, original y rebelde de los dos; le gusta salirse de la norma e ir más allá de lo socialmente establecido. No tiene sentido del tiempo y está totalmente centrado y arraigado en el momento presente.
Es experto en relacionarse con los demás. Destaca por su empatía, su compasión y su destreza para detectar los aspectos no verbales de la comunicación. Se le dan muy bien la percepción espacial, el movimiento y la orientación. Tiene una visión holística de la realidad, concibiéndola como una unidad donde todo está integrado e interconectado. Entre otros dones, el hemisferio derecho nos permite desarrollar la intuición, la imaginación, la innovación y el pensamiento creativo; tiene facilidad para visualizar ideas e inventar cosas que no existían y que aparentemente no eran posibles. Y en definitiva, nos nutre de confianza para atrevernos a seguir nuestra propia voz interior y, en consecuencia, recorrer nuestro propio camino.
En el hemisferio
derecho residen las emociones, la comprensión intuitiva y arquetípica de la
vida a través del lenguaje simbólico o no verbal. A través de los símbolos
intentamos plasmar lo inefable. Si utilizamos el lenguaje verbal, activamos el
hemisferio izquierdo, el racional, en detrimento del hemisferio derecho. Si
activamos el hemisferio izquierdo, anclamos a la persona al presente y a sus
problemas cotidianos.
Los símbolos son un alfabeto emocional que activa y lee
el hemisferio derecho. La función de los símbolos, de la respiración/meditación o de los
mantras, es anular el hemisferio izquierdo y activar el hemisferio derecho, la
puerta a otras dimensiones. Mente versus emociones.
El hemisferio
izquierdo es analítico y centrado en la parte; el hemisferio derecho es
intuitivo y centrado en el todo; uno ve el árbol y el otro el bosque; uno ve y
otro siente.
Esta dualidad se muestra en la forma de interpretar el mundo los hombres y las mujeres: emocionalmente las mujeres perciben cosas que los hombres no ven.
Hoy por hoy, la mayoría de nosotros estamos tiranizados por el hemisferio izquierdo, y es esta descompensación con nuestro hemisferio derecho lo que impide que muchos conozcamos la forma de cultivar la intuición y la creatividad necesarias para reinventarnos.
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Tal como explica el experto en educación, talento y creatividad Ken Robinson, los actuales test miden cierto tipo de inteligencia, pero dejan de lado muchos aspectos y cualidades de la misma. Hay tantas maneras de expresar la inteligencia como seres humanos hay en este mundo. Eso sí, todas ellas van de la mano de la creatividad. Y al igual que la capacidad de razonar nos viene de serie, el pensamiento creativo es inherente a nuestra condición humana.
Nuestro sentido
de identidad y nuestro sentido del «otro» residen en los dos lóbulos
temporales, pero principalmente en el hemisferio izquierdo, donde están
localizados los centros del lenguaje. Para funcionar normalmente, los lóbulos
temporales izquierdo y derecho deben trabajar en armonía. Si algo rompe este
equilibrio, el cerebro percibirá otro «yo» y creará una alucinación. Como
Persinger descubrió en sus experimentos, la estimulación del lóbulo temporal
derecho genera la percepción de las visiones espirituales, tanto buenas como
malas. El hecho de dirigir simultáneamente campos magnéticos hacia la amígdala
del cerebro produce intensas emociones, al igual que sucede en una experiencia
espiritual. Al estimular primero un lado de la amígdala y luego el otro,
Persinger descubrió que podía realzar el contenido emocional de la experiencia.
Se cree que por
un proceso adaptativo ante las dos grandes realidades que no podemos modificar
como son el tiempo y el espacio, el hemisferio derecho se ha especializado en
el espacio, mientras que el izquierdo se apoya más en el análisis temporal del
sonido que configura las secuencias simbólicas que conocemos como lenguaje, ya
sea oral o escrito. Por este mismo motivo el hemisferio izquierdo es focal, una
idea tras otra, en tanto que el derecho es global, todo al mismo tiempo.
El derecho es no
verbal porque requiere analizar a un tiempo, gesto, mímica, postura, mirada y
entonación. Con estas mismas
bases, el izquierdo es racional, lógico y objetivo; el derecho es emocional,
intuitivo y subjetivo.
El izquierdo
analiza, propone y piensa de manera lineal, mientras que el derecho sintetiza,
imagina y piensa de forma simultánea. El izquierdo es lógico, convergente y
simbólico, el derecho es analógico, divergente y concreto.
Si queremos
simplificar esta larga lista, podríamos resumir diciendo que el izquierdo
razona y el derecho motiva; el izquierdo analiza y el derecho impulsa; el
izquierdo reflexiona y el derecho intuye.
Otra habilidad
del hemisferio derecho es la de reconocer caras; para eso es un experto. La
expresión emocional de las caras es sutil y compleja pero la interpretamos de
manera holística e intuitiva para descubrir el mensaje o la intención y también
el trasfondo de la personalidad del otro.
El lenguaje no verbal
del hemisferio derecho está motivado por la emoción y es de valor comparable al
lenguaje verbal y lógico del hemisferio izquierdo, que más bien está motivado
por la reflexión.
Lo cierto es que gracias al hemisferio derecho, la realidad puede transformarse en algo bello y creativo como puede ser la música, la poesía, la pintura y el arte en general.
El ser humano, a lo largo de toda la Historia, ha empleado la simbología como el gran ‘medio de comunicación’ con las fuerzas abstractas primigenias. Los arquetipos y los símbolos, entre ellos los polígonos geométricos, actúan realmente como un puente entre dos realidades. Este puente, el lenguaje simbólico o arquetípico, posibilita la comunicación entre lo que llamamos divinidad y nosotros. Con cada signo o arquetipo accedemos a un diálogo que revela otra realidad mucho más sutil que nuestra racionalidad.
Los arquetipos , de hecho, contienen una esencia intemporal. Cada uno de los arquetipos simbólicos, no son una ‘abreviatura’ de la Realidad, sino que son un medio para instalarnos en esa Realidad. Cada arquetipo existente es portador de cierto conocimiento determinado. Los polígonos de la geometría, por ejemplo, son un lenguaje arquetípico que reconstruyen la conexión perdida entre el hombre y el cosmos.
Lo cierto es que gracias al hemisferio derecho, la realidad puede transformarse en algo bello y creativo como puede ser la música, la poesía, la pintura y el arte en general.
El ser humano, a lo largo de toda la Historia, ha empleado la simbología como el gran ‘medio de comunicación’ con las fuerzas abstractas primigenias. Los arquetipos y los símbolos, entre ellos los polígonos geométricos, actúan realmente como un puente entre dos realidades. Este puente, el lenguaje simbólico o arquetípico, posibilita la comunicación entre lo que llamamos divinidad y nosotros. Con cada signo o arquetipo accedemos a un diálogo que revela otra realidad mucho más sutil que nuestra racionalidad.
Los arquetipos , de hecho, contienen una esencia intemporal. Cada uno de los arquetipos simbólicos, no son una ‘abreviatura’ de la Realidad, sino que son un medio para instalarnos en esa Realidad. Cada arquetipo existente es portador de cierto conocimiento determinado. Los polígonos de la geometría, por ejemplo, son un lenguaje arquetípico que reconstruyen la conexión perdida entre el hombre y el cosmos.
Si bien las
habilidades del hemisferio izquierdo nos han dado buenos resultados a lo largo
de la era industrial, para la era del conocimiento que está emergiendo ya no
van a ser suficientes.
Ha llegado la
hora de potenciar nuestro hemisferio derecho y promover un sano equilibrio
entre ambos. Para lograrlo, el reto es descubrir un medio para canalizar
todo el potencial innato que reside en nuestro interior. De pronto
encontramos la manera de conjugar una serie de elementos que antaño parecían
contradictorios e incompatibles, como por ejemplo, la pasión con la profesión, o
la vocación con el dinero. El quid de la cuestión es si somos lo
suficientemente valientes como para escuchar lo que sentimos en nuestro
corazón.
No nos
distraigamos solamente con los árboles (hemisferio izquierdo), tomemos en
cuenta todo el bosque (hemisferio derecho). Oigamos toda la
sinfonía (hemisferio derecho) sin descuidar escuchar atentamente el piano, los violines y cada instrumento que compone la orquesta (hemisferio
izquierdo).
Autores: Borjas
Vilaseca y otros.
¿Qué hemisferio usas más?
Enlaces:
Zona Integral.es (test para descubrir tu hemisferio dominante)
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2 comentarios:
Hola, estoy uniciado rn reiki y registros akasicos, y en mis terapias de liberacion emocional, cuando logro connectame desde el 7 chakra a mi yo superior o akasha mi emisferio derecho comiensa a activarce y a bibrar, alguna recomendacion u opinion
Es posible que se deba a una mayor actividad en esta area del cerebro. Durante la meditación los pensamientos se acallan y el hemisferio izquierdo (la parte lógica y racional de tu mente) se aquieta, baja su nivel de actividad permitiendo que el hemisferio derecho se exprese sin ser "ahogado" por el exceso de actividad del lado izquierdo, el cual es el que solemos usar con más frecuencia en nuestra vida cotidiana. La meditación favorece la creatividad, la visualización, la imaginación, la fantasía, la percepción visual, auditiva, olfativa, etc., así como la expresión de las emociones. Toda esta información se procesa mayormente en el hemisferio derecho del cerebro. Esas impresiones captadas durante tus terapias de sanación energética y/o ejercicios de meditación, son sintetizadas y archivadas rápidamente en la conciencia. El hemisferio derecho es también el que se comunica con tu Yo superior, tu alma o tu ser más elevado y puro; por lo tanto, no es de extrañarse que sientas lo que dices :) Continúa con tus sesiones de reiki y meditación!
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