Registros Akáshicos

                                                                                                                                                                           
En el Universo TODO ES ENERGIA. Esta energía vibra en diferentes frecuencias y dimensiones. Estas dimensiones están configuradas de mundos sutiles, eternos e infinitos. De manera que el Universo es mucho más complejo de lo que pueda percibirse tridimensionalmente.

Nuestro pasado, presente y futuro se encuentra en un eterno ahora asentado en una "base de datos" llamada Registros Akashicos. En la biblia se denomina "El Libro de la Vida". 


Los Archivos Akáshicos, también conocidos como "Libro de las Memorias de Dios ", "Biblioteca Universal", o "Memoria Fotográfica de Dios", están formados de una sustancia llamada akasha a la que algunas personas llaman éter. Esta sustancia llena el espacio entre los mundos, las moléculas y la materia.

Akasha es la materia que constituye todas las cosas en el universo y es común a todo nuestro sistema planetario. Puede definirse como la luz o el alma del Universo. La causa de la existencia,.

AKASHA es una palabra de origen sánscrito que se utiliza para denominar un plano de la conciencia cósmica que actúa como archivo en el cual se graban o registran todos los eventos, situaciones, pensamientos, emociones y acciones de un Ser. Allí está registrada toda la historia del planeta, así como toda la historia personal de cada uno de nosotros. En los Registros Akáshicos se haya escrito el propósito de la Vida, así como las posibilidades de desarrollo que tiene el alma y el programa de nuestro destino futuro según nuestro karma o aprendizaje.




Todo lo que ha ocurrido queda impreso sobre el éter de la misma manera como las vibraciones luminosas quedan impresas en una película de cine o el sonido de la voz en una cinta de cassette. Debido a la multidimensionalidad del mundo que nos rodea, quedan grabadas las fuertes probabilidades de todo lo que afecta o pudiera afectar a la Tierra, y más allá de ella.


Para acceder a esta información deberíamos lograr una ampliación tan grande de conciencia que nos permita llegar hasta el plano más cercano a la divinidad que existe. Esto es imposible de conseguir con el cuerpo físico que tenemos. Para llegar a tener una experiencia real en ese plano deberíamos ser seres iluminados, desencarnados y en la última etapa de nuestra evolución o de regreso a la fuente, a Dios.

Para visualizarlo en pequeña escala, imaginemos que vamos conduciendo por una vía, nos adelanta un vehículo y desaparece de nuestra vista; al perderlo de vista ya no sabríamos nada más de él. Pero si lo viéramos desde un helicóptero veríamos por dónde va, la carretera que sigue y su destino futuro; incluso, si hay un obstáculo en el camino que el coche no podrá evitar. De este modo veremos en el presente un contratiempo que el conductor de ese coche no puede conocer todavía, puesto que para él estará en el futuro.

Recordemos que no somos los únicos seres que existen en el universo. Hay grandes seres (muchos de ellos alguna vez fueron humanos), que gracias a su desarrollo espiritual fueron ampliando su conciencia hasta alcanzar planos muy lejanos al nuestro. Algunos de estos seres tienen acceso al Akash y pueden convertirse en nuestros guías y darnos la información que necesitamos para seguir avanzando en nuestro desarrollo espiritual.

Sin embargo, estos maestros están tan "lejos" (el término "lejos" es metafórico) y su sustancia es tan sutil que no pueden "bajar" hasta nuestro plano de existencia. La única forma entonces de tomar contacto con estos guías es que nosotros expandamos nuestra conciencia hasta un plano lo suficientemente elevado como para que ellos nos puedan contactar. Este plano intermedio es el que muchos llaman Causal.




La información que proviene del plano causal trata siempre sobre nosotros mismos: nuestra alma, nuestros conflictos internos y su clarificación. Esta información nos trae autoconocimiento, discernimiento, paz y la capacidad de evolucionar al liberar parte de nuestro karma.

Los Registros Akáshicos revelan situaciones que en el presente ayudan a esclarecer el por qué de nuestras elecciones, experiencias de vida, vínculos, etc. Nos muestran, además, las fortísimas probabilidades de lo que está a punto de ocurrir. Estas probabilidades a escala de naciones son mucho más fuertes y precisas que las que se refieren a los individuos.


En la inmensa mayoría de los casos, las predicciones extraídas de los Registros Akáshicos se cumplen a rajatabla, aunque en ocasiones, seres evolucionados pueden alterarlas para bien de la humanidad o de un individuo en particular.


Los Registros Akáshicos se encuentran en custodia de los seres de luz que se llaman Kumaras (Guardián). El acceder a ellos nos permite recordar, sin pasar por la muerte, lo que hemos elegido antes de nacer.

La Lectura de Registros Akáshicos se realiza con la apertura del Akasha, el Libro Almico donde se encuentran escritas todas y cada una de nuestras encarnaciones desde que nos desprendimos del Uno, hasta nuestro retorno a Él.

En el Registro de esta memoria celular se encuentran los recuerdos felices e infelices, nuestro inconsciente y todo lo que se llama aprendizaje de vida. Nos permite ver, reconocer y descubrir cosas que nos suceden en la actualidad o que se repiten una y otra vez a lo largo de nuestra vida sin saber por qué, impidiéndonos avanzar a otros niveles de conciencia.

Tener acceso a los Registros Akashicos nos da la oportunidad de reorientar el alma hacia su verdadero camino limpiando el campo vibracional y aliviando el karma de nuestras vidas.

La sanación posterior a la lectura influye sobre el aura y el alma ( Yo Crístico del Ser) produciendo una intensa y profunda sanación al brindarle al individuo la posibilidad de encaminarse a lo que debe ser su vida o misión en la tierra de acuerdo a su última encarnación.

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